lunes, 17 de abril de 2017

HA MUERTO CARMEN ARROJO, UNA DE ESAS MUJERES EJEMPLARES QUE QUISO SILENCIAR LA TRANSICIÓN

En mayo de 2004 se estaba preparando el homenaje Recuperando Memoria, en el que reunieron a 741 republicanos y republicanas de todo el Estado, para darles las gracias por haber resistido contra el fascismo. Un día los organizadores recibieron una carta en la que se les preguntaba si "dos hermanos antifascistas momificados" podían acudir. Tras ponerse en contacto con ellos quedaron en su casa para tomar un café. 
Allí estaban Antonio y Carmen Arrojo; él, prisionero en el Valle de los Caídos, ella escondida después de la guerra en un pequeño pueblo de la provincia de Lugo, del concello de Becerreá, donde el apellido Arroxo es bastante conocido.

Ese día ambos abrieron las puertas de su casa y las de sus memorias. Antonio falleció poco después. Carmen vivía en la misma casa en la que su familia pasó la guerra, un ático de la calle Bailén, en Madrid, desde el que podía verse perfectamente el frente de la Casa de Campo.
Militante de la JSU, participando en los tres años de dura resistencia contra el fascismo en el Madrid sitiado,... Carmen Iba a casarse a mediados del mes de abril de 1939, pero tras separarse de Eugenio Moreno, el que fue su compañero justo antes del fin de la guerra, nunca lo volvió a ver. Era muy impresionante ver su casa repleta de la misma fotografía en distintos tamaños de aquel miliciano almeriense.
Carmen supo lo que había sido de él gracias a una entrevista que le hicieron en la radio el mismo día del homenaje. En una conversación con el escritor Juanjo Millás, ella contó la historia de aquel hombre al que ha estado unida toda su vida, y entonces una sobrina llamó al programa y así supo Carmen, 65 años después de haberse despedido de él, que había sido detenido por los fascistas y asesinado en el cementerio de Paterna. 
Tras el acto de homenaje en Rivas Vaciamadrid, Carmen hizo trabajar mucho a su memoria; escribió y publicó su biografía y continuó con su compromiso social, dando clases gratuitas a inmigrantes con los 90 cumplidos y con serias dificultades en la vista.
Carmen fue muy activa desde entonces, realizó numerosas entrevistas y participó en actos relacionados con la recuperación de la memoria. En este enlace de la Universidad de San Diego, California, se puede ver una larga entrevista con una mujer que mantuvo en su vida una ejemplaridad que ojalá hubiera tenido esa transición que trató de escondernos la historia de hombres y mujeres como ella.

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