Llegar tarde a casa después de un
día intenso y ver que alguien rebota el tuit hiperplanificado por el equipo de
Albert Rivera para ver si compensa la torpeza de su partido. Las personas que
construyen su argumentario diseñaron para él este tuit:
Feliz #DiaDeLaMujer.
Queda mucho por hacer, luchemos juntos contra la discriminación y la violencia
machista, por la libertad y la igualdad de nuestras madres, nuestras parejas y
nuestras hijas. ‘La libertad se aprende ejerciéndola’, Clara Campoamor. #WomensDay
Las personas que le fabrican el
argumentario no se alejaron mucho del tuit que le prepararon a Inés Arrimadas.
Tenían que explicar por qué no estaban en las manifestaciones en las que han
participado millones de personas. Al tuit de arrimadas le tocó este texto:
¡Feliz #DíadelaMujer!
Nuestras madres y abuelas lucharon por la igualdad de derechos; nosotras luchamos
por la igualdad real y efectiva que aún queda lejos. Sigamos trabajando juntas
por un futuro igualitario y libre de machismo desde un feminismo plural e
inclusivo #WomensDay
Para demostrar una pauta marcada
por la dirección de argumentos, los dos hastags utilizados por ambos eran
iguales, relativamente inertes, alejados de conflictos políticos o de cualquier
respuesta contundente.
El tuit de Albert Rivera lleva
repetido un pronombre posesivo que asociado a una figura femenina no parece el
más adecuado para defender la igualdad y combatir el machismo. También era
excluyente; todas las mujeres son hijas, pero hay muchas que no son madres o no
tienen pareja. Enormemente torpes los argumentadores de Rivera; una forma de
demostrar sus dificultades para moverse en un terreno como el de la igualdad, alguien
que decidió ponerle a su partido un nombre masculino. N un guiño en su cintura
política con ese “luchemos juntos” que podía haber feminizado. Y un mensaje
claro, su partido no ha llegado a la política para acabar con las desigualdades
que denuncian las mujeres.
En el caso de Inés Arrimadas hay
algo absurdo; asegura que “nuestras madres y abuelas lucharon por la igualdad
de derechos; nosotras luchamos por la igualdad real y efectiva”. Pensarán
Arrimadas y quienes les escriben los tuits que las primeras sufragistas
españolas, las que conquistaron el voto y el divorcio en los años de la Segunda
República, o las que se recompusieron después de la dura represión del
franquismo que convirtió a muchas mujeres en poco más que animales de compañía,
¿no luchaban por la igualdad real y efectiva? ¿Piensa acaso que todas aquellas
que en los últimos años de la dictadura se casaron por lo civil como una
declaración contra el nacional catolicismo o fueron juzgadas por abortar o “abandonar”
a sus maridos querían sólo derechos escritos y no igualdad real y efectiva?
El mensaje político que ha
lanzado Ciudadanos a la sociedad es la escenificación de un enorme fracaso. Las
multitudinarias manifestaciones que se han producido en este 8M agrupaban a
todas las edades y clases sociales, algo fácil de observar con detenerse unos
minutos a verlas pasar.
El que no está dispuesto a
cambiar no tiene la posibilidad de cambiar nada. La actitud de Ciudadanos ante
este 8M ha debilitado sal partido, lo ha divorciado de sectores conservadores,
más o menos moderados, que no soportan el machismo, que tampoco es patrimonio
de una tendencia ideológica, porque también hay en el mundo mucho hombre que se declara feminista y progre, que lo ejerce en el discurso, pero no en el curso.
El día de hoy ha sido muy
importante, las enormes movilizaciones y la repercusión que han tenido son una gran oportunidad. Muy interesante la cantidad de mujeres jóvenes que han tomado conciencia y que han vivido hoy una enorme experiencia de ciudadanía y acción política. Somos la herencia arrebatada de millones de mujeres que han transformado el mundo a través de pequeños cambios; millones de lentas y pequeñas pinceladas que han construido otra realidad.
Desde la visión de esas grandes
movilizaciones se puede mirar a muchos lugares de la política, pero directa o
indirectamente el más interpelado de los miembros del Gobierno es el ministro
de Educación, Íñigo Méndez de Vigo. Cualquier solución para erradicar el
machismo para por la enseñanza; nunca habrá una solución si no se utiliza como herramienta
de cambio la educación. En un Gobierno verdaderamente preocupado por el tema el
Ministro de Educación estaría mañana a primera hora llamando a todas las
consejerías de las comunidades autónomas para activar un plan de enseñanza para
la igualdad. Pero a la hora de la verdad, los gobiernos populares gastan poco
en igualdad, pero no tienen ningún problema en financiar con dinero público
colegios que segregan a los niños de las niñas. Y en esas estamos.
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